lunes, 27 de mayo de 2013


RESUMEN
El desarrollo de la estatura y el peso es fundamental en los primeros años de vida, pues a partir de esta etapa se configuran la talla y la contextura cuando se alcance la mayoría de edad.Por eso, es importante ofrecer al niño unos adecuados factores ambientales, nutricionales y saludables para propiciar un correcto crecimiento. Para tal fin existen unas gráficas que permiten calcular y comparar el crecimiento con respecto a un rango estándar. Hay tablas para cada parámetro: peso, talla, perímetro de la cabeza y grasa corporal, calculadas para niñas y niños. La velocidad de desarrollo hasta los 4 años es vertiginosa. Este periodo es cuando más crece el ser humano durante la vida. El primer año, sobre todo, es el que más cambios representa y un pequeño llega a triplicar su peso y a duplicar su altura

JUICIO CRÍTICO
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 50,6 millones de niños menores de cinco años están desnutridos, se señala además, que la mayoría de ellos sufrieron una desnutrición intrauterina y fueron bajo peso al nacimiento.La baja talla es un indicador de malnutrición crónica que refleja un proceso largo de desnutrición. La OMS estimó que 149,6 millones de niños menores de cinco años fueron bajo peso en los años 2005 y 2006.
El nacimiento de un niño sano es un acontecimiento que tradicionalmente se celebra en todas las sociedades del mundo. Sin embargo, para muchas familias el proceso de reproducción puede ser un acontecimiento sombrío y peligroso, con morbilidad, secuelas y en última instancia muerte de la madre, del producto de la concepción o de ambos. La OMS ha definido la salud como: "el estado de completo bienestar físico, mental y social" y no solamente la ausencia de enfermedad. La prevención de las complicaciones como el nacimiento de niños bajo peso y la muerte, que puede ser su consecuencia, durante el proceso de reproducción, es uno de los pilares para el desarrollo de la salud reproductiva.





PROBLEMA Y CARACTERÍSTICA
·      Desnutrición crónica que con lleva a una baja estatura
·      Mala e inadecuada alimentación que con lleva a un bajo de peso
Características:
La talla para la edad es un índice que identifica desnutrición crónica , en virtud que la alimentación deficiente y la asociación con  enfermedades facilitan que además de la perdida de peso se limite el crecimiento
El peso para la talla es un índice ideal para evaluar a niños. La información refleja la evolución del estado de nutrición en el corto plazo  al haber una ingestión de alimentos deficiente que no cubra con las necesidades del menor  

FUNDAMENTACION
América Latina y el Caribe
Los niños que viven en los hogares más pobres tienen 3,6 veces más probabilidades de sufrir bajo peso que los niños que viven en los hogares más acomodados. Los coeficientes entre los sectores pobres y ricos en Bolivia, Brasil, Nicaragua y Paraguay son inclusos más elevados. América Latina y el Caribe lograron reducir las tasas de peso inferior al normal para los niños menores de cinco años a un promedio del 3,8 % entre 1990-2004. Sin embargo, América Latina y el Caribe sufren aún graves problemas nutricionales como resultado de la existencia de graves disparidades y de una fuerte crisis socioeconómica. Los principales problemas a largo plazo son el retraso en el crecimiento y la anemia por déficit de hierro.
Algunos países han progresado en la reducción del bajo peso al nacer. En Cuba, por ejemplo, la incidencia se redujo en más de la mitad en sólo cuatro años.También hubo reducción en Jamaica, Perú, República Dominicana. Los dos países más poblados de la región reflejan buenos resultados de las tasas regionales. Brasil tiene una incidencia relativamente baja de bajo peso al nacer (6%), y México ha logrado una reducción de 14 % en casi 10 años, aunque continúa siendo alta. Ecuador, Honduras, Nicaragua y Trinidad y Tobago no están alcanzando los progresos necesarios, aunque los cuatro países han logrado reducir sus niveles de prevalencia del bajo peso al nacer. Guatemala tiene la proporción más alta de bajo peso al nacer (23 %) de la región y la mayor tasa de retraso en el crecimiento del mundo (49 %). 
El bajo peso al nacer en los países industrializados presenta un promedio de 7 %, es decir, igual al de Asia Oriental y el Pacifico. La incidencia más reducida (4%) se registra en Estonia, Finlandia, Islandia, Lituana y Suecia, esta incidencia reducida de bajo peso al nacer, es un claro reflejo de una buena nutrición de las madres, pero el porcentaje de recién nacidos con un peso inferior al normal ha aumentado en los países desarrollados en los último años, un fenómeno que se puede atribuir al creciente número de nacimientos múltiples, los embarazos de mujeres mayores y una mejor tecnología médica y atención prenatal que contribuye a la supervivencia de más bebés prematuros.
Es necesario señalar que a pesar de ser Cuba un país en vías de desarrollo, el índice de bajo peso al nacer se comporta de forma similar e incluso más bajo que el de países industrializados. Por ejemplo, en el año 2006 la tasa de bajo peso al nacer en fue de 5,4 %. De forma general, el promedio es por debajo de 7 %.

UN NUEVO Y GRAVE PROBLEMA
La idea deplorable de convertir los alimentos en combustible quedó establecida como línea económica de la política exterior de Estados Unidos el 26 de marzo del año 2007. En relación con esta idea siniestra, Fidel Castro Ruz ha hecho sus reflexiones, planteando que con la misma están condenados a muerte prematura por hambre y sed más de 3 mil millones de personas en el mundo. Expresa que la tragedia no consiste en reducir los gastos de energía, sino en la idea de convertir los alimentos en combustible.
Los alimentos son convertidos en energéticos para viabilizar la irracionalidad de una civilización que para sostener la riqueza y los privilegios de unos pocos incurre en un brutal ataque al medio ambiente y a las condiciones ecológicas que posibilitaron la aparición de vida en la Tierra. La transformación de los alimentos en energéticos constituye un acto monstruoso. El capitalismo se dispone a practicar una masiva eutanasia de los pobres y muy especialmente de los pobres del Sur, pues es allí donde se encuentran las mayores reservas de la biomasa del planeta requerida para la fabricación de los biocombustibles.
Por más que los discursos oficiales aseguren que no se trata de optar entre alimentos y combustibles, la realidad demuestra que esa y no otra es precisamente la alternativa; o la tierra se destina a la producción de alimentos, o a la fabricación de biocombustibles. La totalidad de la superficie agrícola de la Unión Europea apenas alcanzaría a cubrir el 30 % de las necesidades actuales, no las futuras, previsiblemente mayores, de combustibles. En Estados Unidos para satisfacer la demanda actual de combustibles fósiles sería necesario destinar a la producción agroenergética el 121 % de toda la superficie agrícola de ese país.
En consecuencia, la oferta de agro-combustibles tendrá que proceder del Sur, de la periferia pobre y neocolonial del capitalismo. Las matemáticas no mienten; ni Estados Unidos, ni la Unión Europea tienen tierras disponibles para sostener al mismo tiempo un aumento de la producción de alimentos y una expansión en la producción de agro energéticos.
El demoledor impacto del encarecimiento de los alimentos que se produciría inexorablemente en la medida en que la tierra pueda ser utilizada para producir carburante fue demostrado en la obra de C Ford Runge y Benjamín Senauer, académicos de la Universidad de Minnesota, en un artículo publicado en la edición en lengua inglesa de la revista Foreingn Affairs cuyo título lo dice todo "El modo en que los biocombustibles podrían matar por inanición a los pobres". Los autores sostienen que en Estados Unidos el crecimiento de la industria del agro-combustible ha dado lugar a incrementos no sólo en los precios del maíz, las semillas oleaginosas y otros granos, sino también en los precios de los cultivos y productos que al parecer no guardan relación. El uso de la tierra para cultivar el maíz que alimente las fauces del etanol está reduciendo el área destinada a otros cultivos.
El aumento de los precios de los alimentos también está golpeando a las industrias ganaderas y avícolas, lo que ha provocado la caída abrupta de los ingresos, en especial en los sectores avícola y porcino. Los efectos más devastadores de la subida del precio de los alimentos se sentirán especialmente en los países del Tercer Mundo.
Si se fuera a buscar un respiro para la humanidad y darles una oportunidad a la ciencia y a la dudosa cordura de los que toman decisiones, no era necesario privar de alimentos a las dos terceras partes de los habitantes del planeta.19
El relator especial de la Organización de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, Jean Zieglerdenunció el 17 de octubre al celebrarse el Día Mundial de la Alimentación, la incoherencia de la comunidad internacional, por permitir la muerte por hambre de millones de personas, cuando existen medios para evitarlo.21
La expansión de la producción de agro-combustibles tiene la capacidad de erradicar cosechas, que serían destinadas a producir alimentos, el resultado sería el aumento del desempleo y de la violación del derecho a la alimentación.
Actualmente hay 854 millones de hambrientos a pesar de los compromisos asumidos por los gobiernos en la Conferencia Mundial sobre la alimentación y los ODM para erradicar el hambre.9

CONCLUSIONES
Conocer los nuevos estándares de crecimiento infantil de la OMS y su aplicación como una herramienta confiable, práctica para el monitoreo y la evaluación nutricional y su relación con el desarrollo infantil.
- Comprender la metodología para la medición, el registro, e interpretación de los nuevos estándares de crecimiento.
los factores políticos, económicos, sistemas sociales, status de las mujeres, la limitación del medio ambiente, tecnología, control en la calidad de los recursos humanos, son factores básicos que determinan la desnutrición fetal.
La desnutrición tiene consecuencias y secuelas para las personas que la sufren así como también para la sociedad. Las mayores tasas de pobreza y desnutrición infantil están en países de África Occidental, Sur y Central. El mayor porcentaje de recién nacidos bajo peso en el mundo se encuentra en la India, Bangla Desh, Pakistán y en Guatemala en América Latina. La menor incidencia de bajo peso al nacer se encuentra en los países industrializados, aunque hay tendencia actual al aumento.

Cuba registra tasas de bajo peso al nacer similares, incluso menores a la de países del primer mundo. La transformación de los alimentos en energéticos es calificada como un acto siniestro y monstruoso.
REFENRENCIAS


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